martes, 9 de febrero de 2010

Romanticismo


"En cuanto doy sentido a lo ordinario, a lo conocido dignidad de desconocido y apariencia infinita a lo finito, con todo ello romantizo (Ich romantisiere)", escribe Novalis y cita Rüdiger Safranski en el excelente Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán (Tusquets). Novalis habla de su estética y lo que dice no es distinto, finalmente, de los afanes de los formalistas rusos, más de un siglo después, por encontrar la "literaturidad". O, directamente, el arte. Lo desconocido en lo conocido; lo infinito en lo finito, decía Novalis. "Extrañamiento", dirán los formalistas. De lo que se trataba es de lo que, tal vez, se siga tratando todo. De lograr, en la palabra, en la construcción sonora, en la obra plástica, en el movimiento de los cuerpos, en la habitación de un espacio, que algo hable por primera vez.

1 comentario:

  1. No me parece. Con que algo hable es suficiente sin importar si se trata de la primera o de la enésima vez. La parte de sorpresa que parece llevar implícita esa "primera vez" suena un tanto accesoria. La desmesura alemana, generalmente teñida de racionalidad incluso en la irracionalidad, cansa. O, al menos, a mí me cansa. De todos modos, gracias por la recomendación del libro.

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