domingo, 10 de noviembre de 2013

Apostillas al canon I






Leo El canon del jazz, de Ted Gioia (publicado en castellano por Turner). Es un libro grato, sobre todo por la posibilidad de discutir con él. Se subtitula "Los 250 temas imprescindibles" y, ya en esa declarada arbitrariedad aparece uno de los rituales más caros al melómano: hacer listas. Gioia traza una especie de pequeña historia de cada uno de los temas elegidos y luego sugiere una discografía en la que incluye sus versiones preferidas. No confrontaré abiertamente con el libro (no esta vez). Me limitaré a incluir algunas otras. "All the Things You Are" es, posiblemente, una de las canciones a las que más ha recurrido el jazz de la segunda mitad del siglo pasado, tal vez por su secuencia armónica, que abre la posibilidad de juegos à la Bach. Pueden faltar muchas versiones pero nunca, según mi criterio (y mi gusto), la de Lee Konitz con el Cuarteto de Gerry Mulligan, en vivo en 1953 en The Haig (incluida en la excelente edición de Lantower). Y otra de Mulligan: la de Two of a Mind con Paul Desmond. De "Misty", ni la discoteca de la dama ni la playlist del señor pueden prescindir de la exquisita, potente, bordergreasy lectura de Lou Donaldson en A Man with The Horn, junto a Grant Green en guitarra y Brother Jack McDuff en órgano. Y de paso, tampoco olvidaría dos versiones extraordinarias, más cercanas al soul, la de Etta James con Eddie Cleanhead Vinson, en Blues in the Night Vol. 1 y la de Donny Hathaway en Everything is Everything. E incluiría, en estas primeras apostillas, entre los standards que faltan, a "If I Should Lose You", de Leo Robin y Ralph Rainger, sólo para poder recordar la versión que abre el disco Flight Path, del cuarteto Sphere (Charlie Rouse en saxo tenor, Kenny Barron en piano, Buster Williams en contrabajo y Ben Riley en batería).

viernes, 1 de noviembre de 2013

Temblor







Entrevisto a Carmen Baliero, que el domingo empieza (nuevamente) un ciclo en Virasoro (Guatemala 4328) con su magistral composición a partir de las "Centésimas del alma" de Violeta Parra. Ella me parece una de las artistas más interesantes de la Argentina y, además, cuando habla, tiene una lucidez y un humor tan notables como infrecuentes. Prolijo, busco en archivos, empezando por mis propios artículos, como para no volver a escribir lo mismo –o como para hacerlo a conciencia–. Encuentro una vieja entrevista, publicada en Radar hace ocho años. Allí, ella hablaba de Gandini, de Monk y de los cantantes de tango. Y decía esto: “Me encanta Gandini porque se maneja con residuos y porque es dubitativo. Es como una música de la memoria; porque la memoria duda, no sabe de golpe, busca. En ese sentido es totalmente monkiano: inventa un tiempo biológico y no formal para los temas. Uno podría pensar en Jarrett, pero Jarrett es más exquisito, más esteticista. Gandini tiene más tuco. Y tiene humor. Es como los tangueros que tiemblan cuando cantan. Me encanta ese temblor. Y Gandini, o Monk, es como si temblaran en el piano, como si tartamudearan.”