miércoles, 17 de febrero de 2016

Las representaciones















Rufus Wainwright es un artista interesante. Y desmesurado. A veces esta segunda característica es la causa de la primera. Y en ocasiones, como en su ópera Prima Donna, la destruye. El Teatro Colón ha programado, para el viernes 19 y sábado 20, un espectáculo que se llama como su ópera pero que no es su ópera sino una selección de fragmentos en su primera parte (con las excelentes sopranos argentinas Guadalupe Barrientos y Oriana Favaro) y un recital con orquesta en la segunda. El mejor costado de Wainwright, a quien tuve ocasión de entrevistar en 2013, es cuando no cede a la ampulosidad y, como en su presentación de hace dos años en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, cultiva un cierto ascetismo. Y es posible que este espectáculo que se presenta ahora, y que promete exactamente lo contrario, obedezca, simplemente, a una tradición que el Colón labra con un ahínco no por reciente menos apasionado: comprar buzones (y hacerlo con dineros públicos, desde ya). Será extraño ir a ese teatro, y ver en su palco a un director que además de ostentar la inédita suma del poder como Ministerio de Cultura de Buenos Aires ha realizado declaraciones de una imprudencia y una gravedad llamativas. Será chocante esa combinación de pretendido refinamiento y brutalidad ramplona. Wainwright es, en todo caso, un cantante que trabaja con la idea de representación en primer plano. Y el Colón, ya desde la metáfora edilicia en que cada piso corresponde a una clase social, pone en primer plano las representaciones.

3 comentarios:

  1. Honestamente soy un seguidor fiel de su blog, y si bien siempre mantuve un perfil bajo, hoy entiendo que no puedo dejar de comentar su entrada.
    Rufus Wainwright es un iluminado, compararlo con un buzón, es demasiado. Estimado entiendo que su discurso se está tornando populista y de gallinero. Sepa usted, y entienda que incluir al colon, en una discusión ideológica de su parte, nunca lo hubiera imaginado.
    Entiendo que quizá su discurso este viciado de intereses, y que la nueva administración a cargo de Loperfido no lo tenga en cuenta, pero siga manteniendo esa objetividad que siempre lo caracterizó.

    Mi más cálido y sentido saludo a su persona.

    Lucas

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  2. El director del colon es el mismo que usted durante mucho tiempo se encargo de ensalzar. No entiendo el porque de este volantazo ideológico. No se puede creer en una persona que escribe según sus intereses.

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  3. Más allá de la calificación de "iluminado" para Rufus Wainwright, que no comparto –aunque sí, como dije, me parece un artista pop sumamente interesante– su ópera, según mi apreciación personal, es mala. Parte de una buena idea dramática –el día en que una vieja diva retirada retornará a escena– y la desperdicia, carece de unidad y estilo y suena como una imitación (pobre) de Massenet con inserciones de Puccini. En cuanto a Lopérfido ni hay volantazo ni defensa de intereses personales ni ninguna cosa extraña o secreta. Cuando asumió encaró varias acciones sumamente positivas y además se terminaba con la que tal vez haya sido la peor gestión de la historia a cargo de ese teatro, si se tiene en cuenta la magnitud de los recursos con los que había contado y lo magro de sus resultados. Sigo pensando que Lopérfido podría hacer una buena gestión y, claramente, mejor que la de Horacio Sanguinetti y Pedro Pablo García Caffi. La suma del poder como director del Colón, Ministro de Cultura y, posiblemente –aun no lo ha confirmado ni desmentido– como director del festival de Buenos Aires me parece un disparate, perjudicial para la ciudad y para cada una de esas funciones. Y sus recientes dichos reduciendo la perseucuión política de la dictadura a un problema de los Montoneros, utilizando la puesta en duda de la cantidad de víctimas del Terrorismo de Estado para chicanear a quienes considera sus adversarios políticos y comparando, con tanto simplismo como irresponsabilidad política e ignorancia, al peronismo con el nazismo –"salvo por el hecho de que no mataron judíos"– me parecen inadmisibles.

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